A partir de los datos anteriores podemos destacar diferentes funciones de las grasas insaturadas presentes en el aguacate y que definen su perfil lipídico: Este tipo de grasas tienen la función de disminuir la fracción de colesterol LDL (denominado ``colesterol malo´´) que se acumula en las paredes de los capilares sanguíneos impidiendo que circule correctamente el flujo de la sangre en nuestro organismo; por tanto, las grasas insaturadas aumentan la fluidez sanguínea evitando cualquier tipo de coagulación y formación de trombos en nuestros vasos sanguíneos. Otra función es aumentar la fracción de colesterol HDL (denominado ``colesterol bueno´´) que se encarga de recoger las acumulaciones situadas en los vasos sanguíneos y las transporta a los diferentes órganos para que sean metabolizadas por nuestro organismo; por tanto, tienen un efecto antitrombótico porque disminuye la formación de trombos y evitan cualquier posible taponamiento del flujo sanguíneo.
Los ácidos grasos más destacados presentes en este alimento son el ácido palmítico, el ácido oleico, el ácido linoleico y el ácido linolénico.
El ácido palmítico tiene 16 carbonos, no presenta ningún saturación y está presente en baja cantidad pero es el ácido graso saturado mayoritario.
El ácido oleico tiene 18 carbonos, presenta una insaturación en el carbono 9 y es el ácido graso mayoritario en este fruto ya que constituye el 64,3% de los lípidos total y el 15,1% de la composición total.
El ácido linoleico tiene 18 carbonos, presenta dos insaturaciones en los carbonos 9 y 12, es un ácido graso omega 6 que presenta múltiples funciones: presenta un mecanismo para disminuir la grasa corporal, aumenta la masa muscular, tiene efecto protector frente algunos tumores, controla los niveles de colesterol en sangre y normaliza el metabolismo de la glucosa.
El ácido alfa-linolénico tiene 18 carbonos, presenta tres insaturaciones en los carbonos 9, 12 y 15, es un ácido graso omega 3 que presenta las siguientes funciones: ayuda a mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico, controla los niveles de colesterol en sangre, mejora el funcionamiento neuronal, participa en la estructura de membranas celulares donde compite con los ácidos grasos omega 6, favorece la producción de hormonas, evita enfermedades oculares y es precursor de otros ácidos grasos como el ácido araquidónico.
Existen diferentes ácidos grasos esenciales que nuestro organismo es incapaz de sintetizar y, por tanto, debemos ingerir a través de nuestra dieta. Es el caso del ácido linoleico y linolénico, explicados anteriormente, y también del ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), los cuales son ácidos grasos omega 3, pero no forman parte del contenido lipídico del aguacate.
Respecto a la siguiente tabla y después de diferentes comparaciones, nos gustaría destacar que el aceite de aguacate tiene un perfil lipídico muy similar al aceite de oliva y, por tanto, ambos aceites comparten muchas propiedades.
Los fitoesteroles son esteroles naturales de origen vegetal y su principal función es el bloqueo de la absorción del colesterol a nivel intestinal, aunque su contenido en los alimentos vegetales es insuficiente para lograr un efecto positivo en organismos con hipercolesterolemia. El aguacate presenta, de forma mayoritaria, beta-sitoesterol; y en cantidades inferiores campesterol y estigmasterol. El beta-sitoesterol regula la fluidez y la permeabilidad de las membranas celulares y se utiliza para aliviar los síntomas de la hiperplasia benigna de la próstata (crecimiento no cancerígeno del tamaño de la próstata).